dijous, 12 d’octubre del 2023

1.4. La dona a l'Espanya del segle XIX i al primer terç del segle XX

1. L'impacte de la Revolució Francesa

És amb el regnat de Felip V, durant el segle XVIII, quan la moda francesa versallesca és acceptada a Espanya, i mentre
la dona es cobreix fins als peus amb amplis i llargs vestits, amb abundància de brodats, puntes a les mànigues i faldilles
buides per mitjà del panier, els homes adopten les casaques amb vol, les pitreres i bocamànigues decorades, les corbates,
els punys de punta i la perruca arrissada (imatge: retrat de Felip V amb la seva esposa, Isabel de Farnesi, i els seus fills, per Jean Ranc, 1723, Viquipèdia).

A finals del segle XVIII, es podria pensar que l’adveniment de la Revolució Francesa, amb la seva insistència en la igualtat civil i política, va suposar igualar el paper d'homes i dones en les relacions socials, però no va ser així. El dimorfisme sexual va continuar tant en la religió com en la manera de vestir, si bé la Revolució, al mateix temps, canviava completament la imatge de la masculinitat i la feminitat. La severa assignació de papers i funcions que imposà el nou ordre no només comportà la desaparició de l’ornament en el vestir masculí, perquè pressuposava una vinculació amb el grup nobiliari, sinó que també obligà que les dones assumissin tot el pes d’allò superflu, excessiu i efímer que fins aleshores havien compartit tots dos sexes. 

D'alguna manera, el vestit masculí auster seria la renúncia que ha de fer l’home per aconseguir el triomf d’una ètica que exigeix una transformació completa de la identitat individual i social. Serà ell, com a únic ésser de la creació amb una moral exemplar, i no pas la dona, qui es veurà obligat a rebutjar «les formes d’ornamentació més brillants, cridaneres, elaborades i variades» (adaptat de Joan Jiménez Gómez, "Moda, gènere i consum", Revista Catalana de Sociologia, núm. 29, desembre 2014, p. 91-105) (fotografia: casament de 1924, Joan Miquel Llodrà et.al. Vestits per a l'ocasió, Museu d'Arenys de Mar, 2016).

La dona serà concebuda com un ésser proper a la natura, que segueix els seus instints, es deixa arrossegar per les seves passions i que no és capaç de guiar-se per la seva intel·ligència i raó; més imaginativa que creadora, joguina de les seves pròpies impressions i de la seva extrema curiositat, no té ni la força ni la perseverança ni, en general, les sòlides qualitats de l'home. La seva frivolitat de gustos i eterna versatilitat d'idees impedeixen a la dona arribar a la perfecció en les ciències i en les arts (traduït i adaptat de M.Ángeles Cantero, "De 'perfecta casada' a 'ángel del hogar' o la construcción del arquetipo femenino en el XIX", Tonos. Revista electrónica de estudios filológicos, 14, 2007).


2. Del segle XIX al primer terç del segle XX (fragment: Mary Nash: “El segle XX: el segle de les dones?”, L’Avenç, 243)

3. L' "àngel de la llar": el model dominant al segle XIX

En el hombre todo concurre á lo que puede llamarse vida esterior, porque el vigoroso ardor de su sexo le impone esa ley de expansión asi física como moral; mas en la muger todo debe concurrir á contener, á reunir, sus afectos, sus pensamientos y acciones en un solo foco, es á saber, en la reproducción y la educación de la familia. No son nuestras instituciones las que proclaman esta verdad, sino la naturaleza misma: una esposa no está en su verdadero elemento, en su lugar mas respetable y mas dichoso para ella, si no se halla en donde la llaman sus esenciales deberes: el instinto se lo dicta tambien, porque solo se siente creada para desempeñar este papel, en el que brilla con todo su esplendor y todos sus atractivos (Font: GONZALO MORÓN, Fermín, “La mujer”, El Correo de la Moda, Año XXVII, 10 de noviembre, 1877, Nº 42)

Háse dicho muy frecuentemente, y hasta cierto punto con razon, que la mujer no estaba en un pie de igualdad absoluta con el hombre. Esto que en algunos casos puede ser una queja fundada, carece en otros de toda justicia. La mujer en efecto, no se halla colocada en la misma posición que el hombre; pero tampoco debe estarlo: reclamar para ello los mismos derechos, querer ajustar sus acciones á una misma plantilla, señalarla un mismo modo de vivir y obrar, hacer depender su felicidad de las mismas causas, ofrecer á su corazon las mismas esperanzas y perspectiva, es desconocer la índole distinta de su organización y el temple particular de las disposiciones de su alma (Font: DE SALORTES, R. “Estudios filosóficos sobre la mujer”, El Pensil del Bello Sexo, 18 de enero, 1845, Nº 9)

La discriminación legal de las mujeres se garantizó, en la España de la Restauración, a través del Código Civil (1889), Penal (1870) y de Comercio (1885). La mujer casada no tenía autonomía personal ya que dependía económicamente de su marido, ni siquiera era dueña de los ingresos que generaba su propio trabajo. Además debía obediencia a su marido cuyo poder fue reforzado con medidas penales que castigaban cualquier trasgresión de su autoridad. Discriminación legal, segregación laboral y desigualdad de oportunidades educativas, reforzaban las normas que eran básicas en el sistema de género. 

Pero las normas de género no se basaban sólo en leyes y normativas oficiales sino también en un conjunto de creencias, hábitos, valores y reglas de conducta que se fundamentaban en un discurso de género que consolidaba y propagaba una identidad para la mujer basada en la maternidad, la dedicación a la familia y los deberes domésticos. Debido al discurso de género de la domesticidad se transmitía la consideración negativa del trabajo extradoméstico femenino que desvirtuaba su sublime misión de madre. La prensa liberal afirmaba con frecuencia que si la madre no podía ejercer como tal por falta de tiempo o ignorancia de los “sagrados deberes que la naturaleza le impone”, la familia se desarrollaría imperfectamente. Aunque resultaba difícil que las familias prescindieran de los ingresos de las esposas, sí que es cierto que este trabajo se planteaba siempre como temporal y, por tanto, sometido a una consideración social y salarial inferior a la del hombre. Era frecuente que la mujer abandonara la fábrica para recurrir a trabajos en otros sectores, a la economía sumergida o a otras fuentes de ingresos. 

La Iglesia defendía este discurso de género de la domesticidad. Desafiar la identidad femenina que definía el discurso de la domesticidad suponía, para las mujeres que se atrevían a cuestionarla, ser acusadas de malas mujeres, porque iban contra la naturaleza y contra la religión (adaptat de Laura Vicente, "Teresa Claramunt, memoria y biografía de una heterodoxa", Arenal, 12:2, 2005).

Codi Civil (Gazeta de Madrid, 25/7/1889). Sección cuarta.
De los derechos y obligaciones entre marido y mujer. 
  • Art. 56. Los cónyuges están obligados á vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente.
  • Art 57. El marido debe proteger á la mujer, y ésta obedecer al marido.
  • Art. 58. La mujer está obligada á seguir á su marido donde quiera que fije su residencia. Los Tribunales, sin embargo. podrán con justa causa eximirla de esta obligación cuando el marido traslade su residencia á Ultramar ó á país extranjero,
  • Art. 59. El marido es el administrador de los bienes de la sociedad conyugal, salvo estipulación en contrario y lo dispuesto en el art. 1.384. Si fuere menor de diez y ocho años, no podrá administrar sin el consentimiento de su padre; en defecto de éste, sin el de su madre; y á falta de ambos, sin el de su tutor-. Tampoco podrá comparecer enjuicio sin la asistencia de dichas personas. En ningún caso, mientras no llegue á la mayor edad, podrá el marido, sin el consentimiento de las personas mencionadas en el párrafo anterior, tomar dinero á préstamo, gravar ni enajenar los bienes raíces.
  • Art. 60. El marido es el representante de su mujer. Esta no puede, sin su licencia, comparecer en juicio por sí ó por medio de Procurador. No necesita, sin embargo, de esta licencia para defenderse en juicio criminal, ni para demandar ó defenderse en los pleitos con su marido, ó cuando hubiere obtenido habilitación conforme á lo que disponga la ley de Enjuiciamiento civil.
  • Art. 61. Tampoco puede la mujer, sin licencia ó poder de su marido, adquirir por título oneroso ni lucrativo, enajenar sus bienes, ni obligarse sino en los casos y con las limitaciones establecidas por la ley.
  • Art. 62. Son nulos los actos ejecutados por la mujer contra lo dispuesto en los anteriores artículos, salvo cuando se trate de cosas que por su naturaleza estén destinadas al consumo ordinario de la familia, en cuyo caso las compras hechas por la mujer serán válidas. Las compras de joyas, muébles y objetos preciosos hechas sin licencia del marido, sólo se convalidarán cuando éste hubiese consentido á su mujer el uso y disfrute de tales objetos.
  • Art. 63. Podrá la mujer sin licencia de su marido:
  • 1.° Otorgar testamento.
  • 2.° Ejercer los derechos y cumplir los deberes que le correspondan respecto á los hijos legítimos ó naturales reconocidos que hubiese tenido de otro, y respecto á los bienes de los mismos
  • Art. 64. La mujer gozará de los honores de su marido, excepto los que fueren estricta y exclusivamente personales, y los conservará mientras no contraiga nuevo matrimonio.
  • Art. 65. Solamente el marido y sus herederos podrán reclamar la nulidad de los actos otorgados por la mujer sin licencia ó autorización competente.
En els sectors populars, la torna de "l'àngel de la llar" era el "treballador masculí guanyador del pa". Aquesta era una visió de la societat que deixava les dones a casa i atorgava al marit la tasca de treballar i "guanyar el pa" per a tota la família". Aquest model, més que una realitat, era el model que difonien les classes burgeses i els reformistes socials, ja que tant al camp com a les fàbriques el nombre de dones que treballava era molt gran. Tanmateix, va ser un model molt influent, assumit fins i tot per a bona part del sindicalisme del segle XIX i de bona part del XX, que veia a les dones com una competència per a les dones. En alguns oficis els sindicats van arribar a excloure les dones, fins que, a mesura que avançava el segle XIX i es constatava que les dones eren una gran part de la força de treball les van anar acceptant.




Mary Nash, El moviment feminista a Catalunya, UOC, Barcelona, open access, s.d.


4. Feminismes del primer terç del segle XIX (vàlid per a Catalunya i per a Espanya) 
 

A inicis del segle XX, al costat del model tradicional de dona, més o menys actualitzats, sorgiren dos grans tipus de "feminisme": un feminisme catòlic i un feminisme vinculats a moviments republicans, lliurepensadors o anarquistes (fragment: Mary Nash: “El segle XX: el segle de les dones?”, L’Avenç, 243). Aquest feminisme laic tenia els seus orígens als anys de la primera etapa de la Restauració, quan es vinculava clarament al moviment espiritista, ja que es considerava que la dona era més apte per als fenòmens paranormals i solia tenir el paper de sacerdotessa que invocava els esperits, com és el cas d'Amàlia Domingo Soler (1835-1909) que va dirigir la revisa La Luz del Porvenir (1878), escrita per dones i dirigida a dones i que durant 20 anys va defensar la igualtat de la dona.

Per feminisme cal entendre aquell "moviment
que combat la situació de subordinació de les dones i defensa el seu alliberament". El feminisme es consolida a Espanya en el tombant del segle XIX al XX. De primer és un moviment que defensa el dret de les dones a l’educació, a les millores en el mercat laboral o a l’expansió i consolidació del benestar familiar, mentre que posteriorment incorporarà la defensa del sufragi. 

Un model de feminisme catòlic: Carme Karr i la revista Feminal (clica aquí)

Aquest feminisme conservador, que posava èmfasi en l'educació de la dona com a element fonamental de la Pàtria i només més tardanament en els seus drets polítics, es pot trobar no només en Karr, sinó també en Dolors Monserdà i la seva Lliga de Senyores Catòliques de Barcelona, en la revista Or y Grana i en les dones de Solidaritat Catalana i a l'Institut de Cultura i Biblioteca Popular de la Dona de Francesca Bonnemaison (1909). L'educació de la dona i, cada vegada més, la seva professionalització, serà un element fonamental del femenisme.

Mary Nash, El moviment feminista a Catalunya, UOC, Barcelona, open access, s.d.

A nivell espanyol, l'associació catòlica més important fou l'Acción Católica de la Mujer (1919-1950), amb María de Echarri al capdavant, que dins dels límits del discurs catòlic van construir la seva pròpia versió del feminisme que, respectuosa amb la doctrina catòlica i restringida per tant en les seves demandes, reclamava modificacions socials i legislatives en la situació social de les dones, sobretot en relació a la defensa de la formació professional de les dones i del treball extradomèstic femení, de la millora de les condicions laborals i salarials de les treballadores (legislació laboral protectora del treball femení i subsidi de maternitat), del seu accés a l’ensenyament en tots els seus nivells, com també amb les propostes de reforma d’alguns aspectes del codi civil (adaptat d'Immaculada Blasco, "Dones i activisme catòlic: l’Acción Católica de la Mujer entre 1919 i 1950", Recerques, 51, 2005)


Models de feminisme republicà: Ángeles López de Ayala i les "dames roges"

Ángeles López de Ayala (Sevilla, 1858 – Barcelona, 1926) va ser una de les lluitadores pels drets de la dona més importants de la nostra història. Amb la mateixa franquesa amb què expressava les seves idees republicanes, va dirigir totes les forces a la causa de l’emancipació de la dona, alguns cops escrivint llibres i peces teatrals amb títols inoblidables, que causaven escàndol i sensació: l’obra de teatre 'Lo que conviene a un marido', del 1880, i la novel·la 'Primitivo', del 1890.

La seva lluita va agafar rellevància quan es va traslladar a Barcelona. Entre el 1890 i el 1920, López de Ayala va desenvolupar una enorme activitat creant i promovent organitzacions, grups i associacions de tota mena en pro de la dona, algunes vegades amb molt d’èxit. Va ser el cas sobretot de la creació de la Sociedad Autónoma de Mujeres de Barcelona, la primera associació feminista a l’estat espanyol, que el 1892 va fundar amb dues altres feministes: l'escriptora i espiritista Amalia Domingo Soler, i l’anarcosindicalista sabadellenca Teresa Claramunt Creus. L’entitat estava situada a l’actual rambla del Raval, i també mantenia una escola laica nocturna, que era gratuïta i tenia per nom Fomento de la Instrucción Libre de Barcelona. 

El 1897, la Sociedad Autónoma de Mujeres va passar a ser la Sociedad Progresiva Femenina, dirigida directament per ella, on va propulsar una escola per a nenes i també una de nocturna per a adults. De la mateixa manera, va fundar diverses publicacions: 'El Progreso', 'El Gladiador', 'El Libertador'. A l'alçada de 1910, si bé minoritari, el feminisme vinculat a López de Ayala era l'únic feminisme d'esquerres amb implantació social, capaç d'organtizar una manifestació de 10.000 a 20.000 dones, i que comptava amb el suport d'entitats espiritistes, lliurepensadores i republicanes, des del Partit Radical a la UFNR.

Bàsicament, López de Ayala enfocava la seva lluita en dos camins diferents: el primer, contra el domini de l’Església, cavall de batalla constant des que havia passat pel convent de petita, i el segon contra el que anomenava “'la supremacía masculina'” (adaptat del diari Ara, interactiu dedicat a "Elles").

Les dames roges (Partit Radical): Pretenden las que pasan por damas españolas hacer ver que las mujeres de este país son gazmoñas y beatas, y siervas del Vaticano, y, por lo tanto, intentan hacer pasar a este país por un pueblo reñido con el progreso, la libertad y la cultura; las que suscriben, sin más títulos que los de obreras, y sin obedecer a más confesor y director espiritual que su propia conciencia, se proponen, a fin de desvirtuar la obra de las marquesas que han acudido a la Presidencia del Consejo de Ministros, celebrar a la mayor brevedad posible un importante acto, en el cual será nombrada una comisión que, con igual derecho que la Comisión dirigida por curas, frailes y obispos, vaya a la Presidencia del Consejo de Ministros a pedir todas las reformas que España necesita para que figure en el concierto de los pueblos libres y progresivos. (...) Queremos demostrar que en este país ya hay mujeres que piensan y discurren, y que no tienen miedo a las excomuniones, ni al purgatorio, ni al infierno, y queremos, en fin, sumar nuestros esfuerzos a los que hagan los varones esforzados por librar a España de la intransigencia del fanatismo (Font: El País, 27-VI-1910)

L'UFNR, republicanisme catalanista
. Article al seu diari Empordà Federal, 14 juny 1913, arrel del 10è Congrés nacional de dones franceses tingut a París el 3 i 4 de juny de 1913.

Un model de feminisme anarquista: Teresa Claramunt  (Sabadell, 4 de juny de 1862 - Barcelona, 11 d'abril de 1931)

El feminisme anarquista plantejava que hi havia distincions entre els sexes, tant biològiques com culturals, per la qual cosa existia una naturalesa femenina diferent de la masculina. Aquestes distincions entre els sexes justificaven una divisió sexual del treball o de les funcions a la família i a la societat, en què la funció de mare era essencial, alhora que s'assumien reivindicacions relacionades amb la millora de la protecció a les dones treballadores, la formació d'organitzacions sindicals per a les dones amb ocupació, moviments de reivindicació de millora de l'estat de benestar relacionat amb les necessitats de les dones com a esposes i mares (per exemple accions per a la millora del pagament de lloguers dels habitatges), qüestionava la prostitució i feia campanyes pel canvi de costums més violents dels homes, amb la lluita contra els maltractaments o la defensa de la pau davant de la guerra. 

En aquest sentit, els assumptes centrals del debat sobre la dona als mitjans anarquistes van ser tres: l'educació, el treball i la relació dels sexes en l'àmbit domèstic.
  • En educació, calia sostreure les dones de l'educació catòlica i evitar que els fills fossin educats a escoles catòliques.
  • El treball havia de ser justament remunerat i s'havien de fer millores en les condicions laborals. L'anarquisme reconeixia que la dona feia una doble jornada, ja que a més de la feina domèstica i la cura dels fills, treballava fora de casa en feines mal pagades. Però, en general, el seu plantejament davant aquesta situació reforçava el model de la domesticitat, ja que partien que els homes eren “el principal sustentacle” de la família i que les dones que treballaven fora de casa es convertien en competidores que feien baixar el salari dels homes.
  • La relació dels sexes en l'àmbit domèstic era el tercer assumpte nuclear del debat sobre la dona als mitjans anarquistes. Pel que fa a aquest assumpte, l'anarquisme feia una dura crítica al matrimoni monògam i la família burgesa. La dominació de la dona no només es donava a l'espai del taller o la fàbrica sinó també a la família. L'alternativa al matrimoni i la família burgesa eren les unions lliures que s'havien de basar en la “igualtat de condicions” i la “llibertat vivificadora”.
Després d'una primera etapa en què assumia el model de la domesticitat, Teresa Claramunt va trencar primer la dependència amb el seu marit, alliberant-se del cognom i pocs anys després abandonant-lo; va marxar de la seva ciutat per instal·lar-se a Barcelona i es va dedicar amb entusiasme a la revolució, cosa que li va ocasionar les primeres detencions i empresonaments. A partir dels anys noranta, es va convertir en una dona excepcional que va transgredir i desafiar totes les normes i va construir el seu propi camí, la seva heterodòxia a més la va convertir en un model de referència per a moltes altres dones que iniciaven aquest mateix camí. Teresa Claramunt va ser no només feminista sinó una pionera del feminisme, tant a la seva vida personal com a la seva ideologia. Hi trobem una coherència entre allò pensat i allò viscut que la fan excepcional en el temps que li va tocar viure. I no pensem en una coherència purista, en el sentit que allò que pensava ho aplicava sense equivocar-se, sinó en el sentit de viure la seva vida com a dona i no acceptar limitacions per raó de sexe (traduït i adaptat de Laura Vicente, "Teresa Claramunt, memoria y biografía de una heterodoxa", Arenal, 12:2, 2005)

El "feminisme neutre" i la reivindicació del dret al sufragi

Si l'Acción Católica de la Mujer va ser l'organització més rellevant a nivell espanyol en l'àmbit catòlic, l'Asociación Nacional de Mujeres Españolas (creada el 1918 amb María Espinosa) i la Unión de las Mujeres de España (creada el 1919 i presidida por Lily Rose Schenrich, marquesa del Ter) van ser les organitzacions de més rellevància a nivell espanyol en el que s'anomenava el "feminisme neutre", d'orígens benestants però sense declarar-se confessionals. Ambdues criticaven la discriminació legal de la dona, defensaven la millora de la seva situació de la dona i un rol actiu a l'esfera pública de la societat (l'ANME amb enfervorides declaracions d'espanyolisme), amb mesures com la reforma del codi penal i del codi civil, la millora de la situació laboral o la millora de l'educació, i van culminar en la defensa del dret a vot als anys 20.

Ambdues van aplegar organitzacions i personalitats de tendències variades (una de les organitzacions associades a l'ANME, per exemple, era la Sociedad Progresiva Femenina d'Ángeles López de Ayala), normalment (almenys les dirigents) provinents de classes altes i mitges. A l'ANME van pertànyer Victoria Kent i Clara Campoamor, que trobarem durant la Segona República (la segona defensant el sufragi femení i la primera oposant-s'hi perquè creia que les dones no estaven preparades).

El 1918, el feminisme laic va adoptar la defensa del sufragi com a objectiu bàsic del seu combat. El 1919, diverses associacions, entre elles la la Sociedad Progresiva de Mujeres, la Liga Española para el Progreso de la Mujer i l’ANME, van constituir el Consell Suprem Feminista amb la finalitat d'aconseguir el sufragi per a les dones, com també feia l'UME. En l'avenç cap a la idea d'un sufragi femení fou fonamental el canvi d'actitud del PSOE el 1918, quan passà a defensar-lo obertament.


5. Les transformacions de la Segona República